Los elementos de la identidad Lagunera. Parte 2. Multiculturalidad

La región lagunera es una región con ciertas particularidades que la hacen única en México. Como región (ya delimitada en el post anterior), los orígenes de esta región están ligados al proceso colonizador español del siglo XVI, cuando las expediciones españolas arribaron a estos lugares inhóspitos en busca de riquezas. Como quizás pudiera suponerse, la estadía de los primeros colonos pudo no haber sido del todo fácil si tenemos en cuenta factores como el clima extremo, la baja precipitación pluvial, el aislamiento geográfico debido a la gran extensión del territorio y los constantes enfrentamientos con las tribus indígenas de la región.

Algunas de las primera poblaciones laguneras que se remontan a los siglos XVI, XVII y XVIII surgen como presidios (Fortificación para el acuartelamiento de tropas) como lo fue el caso de San Pedro del Gallo (Durango), centros poblacionales como los centros mineros de Mapimí, San Luis Cordero, Cuencamé o Indé, centros poblacionales como Viesca o Nazas (en su tiempo denominado como Cinco señores), actividad misionera como en San Juan de Guadalupe, Peñón Blanco, Santa Clara y lo que es actualmente Lerdo (Misión de San Juan de Castas) o en el caso de Parras como zona vitivinícola. Las características arquitectónicas, gastronómicas, culturales, religiosas y sociales de esta zona están determinados en su totalidad por la influencia española que predomino hasta mediados del siglo XIX.

A mitad del siglo XIX, una serie de cambios geopolíticos y sociales favorecerían una segunda oleada cultural que terminaría de dar forma a la Comarca Lagunera. La compra de la Hacienda de San Lorenzo de la Laguna a la familia Sánchez Navarro por parte de Leonardo Zuloaga (hacendado y empresario vasco) quien se quedaría con las tierras del lado coahuilense incluyendo lo que seria la Hacienda del Torreón y daría origen a la ciudad de Torreón y Juan Ignacio Jiménez (mexicano) quien se quedaría con las tierras del lado duranguense y fundaría la Hacienda de Santa Rosa que daría lugar a la ciudad de Gómez Palacio. En tanto, el municipio de San Pedro de las Colonias, tiene su origen ligado al fin de la segunda intervención francesa, cuando colonos de la ciudad de Parras que participaron en la guerra les fueron cedidos tierras en esa zona.

Una característica que destaca en el surgimiento de lo que hoy son las ciudades laguneras de Torreón, Gómez Palacio, Lerdo, Tlahualilo y Chávez (Francisco I. Madero, Coahuila) se da en términos de la presencia de haciendas. La mas antigua de estas ciudades, Lerdo, surge a partir de la hacienda de San Fernando, la ciudad de Gómez Palacio, como ya se menciono, de la Hacienda de Santa Rosa, la ciudad de Torreón, del rancho del Torreón, La hacienda de Zaragoza es el origen de Tlahualilo y francisco I Madero tiene su origen en la Hacienda de Chávez.

Pero es precisamente en las ciudades de Torreón, Gómez y Lerdo donde la influencia multiétnica daría forma a nuestra saciedad actual. Con el advenimiento del porfiriato, la región de la Comarca se convirtió en una de las mas prosperas debido a la llegada del ferrocarril; las vías que conectaban el océano Pacífico con el Golfo de México y la Ciudad de México con Cd. Juárez en la frontera hizo de esta zona un nodo ferroviario importante que terminaría por detonar actividades económicas como la agricultura, ganadería, industria, comercio y banca. Estas actividades fueron impulsadas por una ola migrante nacional e internacional. Personas de estados vecinos de Durango, Nuevo León, Chihuahua o Zacatecas, así como de San Luis Potosí, Aguascalientes o Guadalajara llegaron a esta región en busca de oportunidades laborales, pero del mismo modo, personas de países como Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Países Bajos, Francia, España, China, Japón, Grecia, Líbano, Palestina, etc., darían origen a una de las regiones mas importantes del país, hasta nuestros días. Con este flujo migratorio llegarían también diversas formas de pensar, de ver la vida, diversas formas de creencias (católicos, presbiterianos metodistas, musulmanes, judíos, etc.) En nuestros días es posible ver aun este crisol de nacionalidades plasmado en muchos de los apellidos de la comunidad torreonense, apellidos como Haidar, Achem, Zarzar, Bujassan, Hamdamn, Mansur, Villarreal, Gurza, Wong, Lamont, Siller, Wulff, Eppen, Lack, Chiw, Chew, Papadakis, etc., dan muestra del origen multiétnico de nuestra ciudad.

La influencia de la cultura mexicana con las personas provenientes de diferentes etnias es apreciable a muchos niveles, podemos ver en la arquitectura local, la presencia de la arquitectura neocolonial española, casonas estilo victoriano, arquitectura morisca o mudéjar, propias del medio oriente, arquitectura vernácula, casas de estilo oriental, edificios art nouveau, art decó, bizantino, neogótico, decimonónico, colonial californiano e incluso brutalista. Los estilos son variados y se relacionan con la presencia de los distintos grupos étnicos que migraron a esta ciudad a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Pero asi como en la arquitectura, otras manifestaciones como la gastronomía, la música o la danza también cobran relevancia debido a que, aunque las diferencias culturales puedan ser obvias, al coincidir en un punto físico geográfico particular, podemos decir que deja de ser exclusivo de una parte de la comunidad y pasa a ser compartidas con toda la comunidad, quien adopta y disfruta de estas manifestaciones humanas que no son mas que la representación de una parte de la vida. No es pues extraño, saber que en la ciudad de Torreón, por ejemplo, se celebren las fiestas de la Covadonga, muy tradicional de la comunidad española.

La gastronomía lagunera también es producto del sincretismo cultural que se vivió en esta zona. Es muy común que en la actualidad encontremos restaurantes con una variada oferta de comidas de México y de distintas partes del mundo, sin embargo, esta variedad no es reciente (20 o 30 años atrás) sino que la presencia de distintas gastronomías data desde inicios del siglo XX, tanto productos preparados como la disponibilidad de ingredientes, nacionales e internacionales fueron moldeando la gastronomía local que han dado paso a productos propios de la ciudad, que son en algunos casos, adaptaciones de las cocinas foráneas al contexto regional.

En el caso de artes como la danza o la música, la región se caracteriza por las diversas expresiones de estas artes. Muestras propias como el canto cardenche, una forma de canto «a capella» originario y único de las regiones de Sapioriz, Durango y Jimulco en Torreón. La música norteña, banda, cumbias grupera, etc., tienen también gran arraigo entre la gente de la región. Una muestra de la «norteñización» o «mexicanización» de un baile es la polka, un baile de salón que se origino en Europa que al llegar a México se le agregaron varios elementos propios que dieron lugar a la polka norteña, siendo probablemente, «De Torreón a Lerdo» la polka mas conocida en Coahuila.

El lenguaje es sin duda otro aspecto que debido a la multiculturalidad se ha desarrollado de tal manera que en la región se usan algunos vocablos que no es común escucharlos en otras partes del país, llegando incluso a ser, en algunos casos únicamente utilizados en esta zona: una palabra lagunera por excelencia es sin duda «reborujar», expresión que utilizamos para referirnos a alguna labor que nos parece confusa o a la acción de revolver cosas, pero habría que saber que esta palabra llego a la laguna debido a que su uso se extendió por los migrantes zacatecanos e hidrocálidos que llegaron a La Laguna; un alimento muy popular en la Laguna son sin duda los «lonches» que consisten básicamente en el muy tradicional «pan francés lagunero» al cual se le agregan diversidad de alimentos como queso, aguacate, carne, tomate, cebolla, etc., dependiendo el caso, lo que para muchos foráneos vendría a ser una torta; la diferencia que se establece en estos lados es que el pan con el que se prepara no es el mismo, además, esta adaptación lingüística viene, muy probablemente de adoptar y adaptar la palabra inglesa «lunch» que trajeron los migrantes norteamericanos. palabras como «tabarete», «moyote», «asquel», «torrejas», etc., forman parte también de nuestra particular forma de expresarnos, producto del sincretismo cultural de principios de siglo XX.

Esta recapitulación nos permite sentar el punto de partida del cual se van a deprender y desarrollar las demás entradas y como se vera, cada aspecto a tratar tendrá que ver con el origen multiétnico de nuestra región. Y es que es innegable que lo que hoy es La Comarca Lagunera, es el productos de las interacción de las distintas etnias que la construyeron desde sus cimientos y es esta multiculturalidad lo que nos va a permitir conocernos y reconocernos como parte de una región que tiene elementos culturales característicos, tangible e intangibles que deben y merecen ser preservados y/o recuperados con el principal objetivo de hacer de nuestra región, un sitio prospero.

Los elementos de la identidad Lagunera. Parte 1: Contexto

En una entrada pasada de este blog se abordo de una manera acotada como se puede establecer la identidad torreonense a partir de su origen histórico y todo lo que esto conlleva, sin embargo, resulta una obligación hablar mas ampliamente sobre los aspectos históricos/culturales que dieron forma a la Comarca Lagunera actual ya que, si bien es cierto, Torreón es la ciudad mas grande de la región, no se debe hacer de lado a las ciudades que siempre lo han acompañado en sus ya 135 años de existencia (tomando en cuenta el año 1888 como la fundación formal de Torreón como asentamiento poblacional permanente denominado «Rancho del Torreón), Gómez Palacio y Lerdo, ubicadas en el estado de Durango al otro lado del rio Nazas y menos, se debe olvidar a los 21 municipios, tanto de Durango como de Coahuila que conforman a la Comarca Lagunera.

Al hacer la recapitulación de estos elementos y su análisis, podremos dimensionar en su justa medida el lugar que ocupamos en este país y como todos los procesos históricos-culturales que se desarrollaron en esta ciudad dieron como resultado a los laguneros actuales en términos de su lenguaje, sus comidas, su personalidad, carácter, etc.

Pero, ¿Cuáles son los elementos de identidad que se deben analizar? En primer lugar, podríamos empezar hablando de lo tangible y después de lo intangible: hablar de cosas tangibles abarca mencionar los estilos arquitectónicos presentes en la zona, la geografía del lugar es otro factor importante a tomar en cuenta ya que podríamos decir que es lo que en gran medida ha forjado el carácter lagunero, el deporte, la comida sin duda seria otra característica tangible en mas de un sentido; mientras tanto, cuestiones como los sistemas de creencias, las particularidades de nuestra forma de hablar (modismos, palabras, tono), las expresiones musicales, sus actividades económicas y sobre todo, la historia, que sin duda alguna esta región tiene mucho que contar.

Para empezar, debemos preguntarnos ¿está identidad lagunera es homogénea?, antes de responder esta pregunta resulta pertinente hacer la siguiente aclaración: históricamente, las ciudades de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo han sido las que la gente mas identifica a la región lagunera, sin embargo, la región lagunera es una zona mucho mas amplia que abarca 5 municipios del estado de Coahuila (se habla incluso de 6 si se toma en cuenta a Parras que históricamente se puede considerar el origen de esta región) y 15 municipios del estado de Durango; si bien es cierto que entre los 20-21 municipios que conforman esta región se comparten aspectos culturales-históricos también es justo decir que existen particularidades que no son necesariamente aplicables de un lugar a otro, algunas de ellas resultan en la actualidad hasta motivo de bromas entre ciudades (lo cual también se va a tratar en próximas entradas)

Es por ello, que en las siguiente entradas, abordaremos los puntos previamente mencionados de la forma mas amplia que este espacio lo permita. La intención de estos futuros escritos es que la gente de la Laguna refuerce el sentimiento de pertenencia a su región, no como motivo de desarrollar un sentimiento de superioridad, sino para lograr que la sociedad lagunera se involucre mas en el cuidado de su lugar de origen, que empiece a exigir a las autoridades respeto por nuestro patrimonio, histórico, arquitectónico, natural y cultural y que nos permita devolver a la Laguna su justo lugar en el mapa político-social-económico del país-

La eterna asignatura pendiente: El rescate del Centro Histórico de Torreón

Cuando se inició este blog, la idea original era abarcar diversos temas de interés, sin embargo, por mil y un razones la temática de este blog fue orientándose exclusivamente a cuestiones relacionadas con la historia, la cultura y la identidad de Torreón y la Laguna abarcando temas como la critica a las políticas de «conservación» del patrimonio histórico d la ciudad, al descuido y/o destrucción de nuestro patrimonio, de hablar de los hechos históricos y los personajes que dieron forma a nuestra región así como elementos de identidad como su arquitectura. Ha sido un gran viaje y sin duda me agrada de sobremanera el rumbo que tomó, y es por ello que bajo ese contexto, escribo esta entrada para seguir haciendo (no por gusto) el mismo reclamo que vengo haciendo desde hace años: el descuido de nuestro centro histórico.}

Ya se ha hecho patente que las acciones emprendidas por los gobiernos locales han sido, en el mejor de los casos, insuficientes, porque la realidad sobrepasa cualquier discurso o informe de «resultados»; la destrucción del patrimonio histórico sigue siendo una constante, el poco interés de las autoridades sigue patente, la omisión consciente o inconsciente de los dueños de inmuebles es aun ms evidente.

Mucho se ha hablado ya de que es un problema mayor la destrucción de inmuebles históricos o de valor arquitectónico: recientemente una casa ubicada en Av. Allende entre C. García Carrillo y Comonfort fue destruida para dar paso a la ampliación de un hospital privado sin que nadie reparar en valorar la importancia del inmueble en términos de su estilo arquitectónico; en años anteriores se hablo también de la demolición de un inmueble en Av. Matamoros y C. Treviño para construir un estacionamiento, y ante estos hechos, las autoridades municipales permanecen (porque aun lo hacen) calladas ante la perdida del patrimonio arquitectónico de la ciudad siendo lo mas triste que esto se viene dando desde hace décadas. Esto contrasta con el anuncio que el actual alcalde, Román Cepeda, diera hace poco mas de un año donde mencionada la elaboración de un proyecto de rescate del centro, el cual, ha brillado por su ausencia.

En términos reales, hasta la fecha no hay propiamente un plan de rescate del centro histórico, salvo un anuncio que hizo el director de Obras Publicas de una inversión inicial de 23 millones de pesos de los cuales, según Adolfo von Bertrab Saracho, se están ejerciendo 10 millones en una primera fase asignados para museos y centros culturales, hasta ahora no se sabe en que se emplearan los otros 13 millones; hasta ahora no ha habido pronunciamientos sobre proyectos orientados a la mejora de fachadas, mejoras de vialidades, etc. En todos estos años, otras asignaturas pendientes han sido la mejora de servicios como drenaje, pavimento, mejora de banquetas, incluso, nunca se ha puesto, al menos de manera formal la iniciativa de instalar cableado subterráneo, eso sin mencionar que la CANACO entro al quite solicitando la reactivación del Consejo del Centro Histórico de Torreón y mientras esperamos que las autoridades se dignen a tomar acciones concretas, seguiremos viendo el deterioro de los primeros cuadros de la ciudad.

Y es que como ya se ha mencionado anteriormente, ir a centro de Torreón es ir a un lugar increíblemente contrastante: uno puede ir al primer cuadro de la ciudad y toparse con construcciones tan señoriales y elegantes como el Casino de la Laguna, el edificio Arocena, el Hotel Salvador, el teatro Isauro Martines y un numero considerable de casas y chalets de peculiar belleza, pero al mismo tiempo darse cuenta que comparten espacio con otras construcciones deterioradas, en algunos caso sucias y otras tantas a punto del derrumbe debido al abandono, y es que ese es precisamente otro problema clave.

El primer cuadro de la ciudad luce abandonado, se ha desincentivado la vivienda y el comercio en la zona no es lo que solía ser debido a que la zona comercial mas fuerte en la actualidad se ha movido a la zona oriente de la ciudad con rumbo a la carretera nueva a San Pedro, la zona de Blvd. Independencia, Paseo de la Rosita, etc., lo cual no es propiamente algo malo, ya que se debe buscar el desarrollo para toda la ciudad, incentivando todas las actividades económicas y que estén al alcance de todos los sectores urbanos, lo que no es correcto es marginar a la zona histórica, origen de la ciudad a un muy lejano segundo plano fomentando su decadencia.

El rescate del centro histórico sigue siendo una asignatura pendiente, no solo de esta administración, sino de todas, TODAS las que le han antecedido desde por lo menos 40 años. La tarea de rescatar el centro histórico con un plan contundente, pero al mismo tiempo bien estructurado y de ser posible asesorado por INAH/INBAL es urgente; el trabajo es extenso y hay varios puntos que se deberían considerar: arreglar fachadas de negocios (buscar aplicar los estilos arquitectónicos que imperaban durante la primera mitad del siglo XX), reconstrucción de inmuebles con valor histórico/arquitectonico que puedan ser utilizados com espacios culturales y/o comerciales, instalación de cableado subterráneo, mejora de banquetas, pavimentación, drenaje, alumbrado publico y arborización, impulso a la vivienda (sin permitir la construcción de edificio vivienda vertical debido a la posible destrucción de inmuebles antiguos) y el impulso al comercio local, que son precisamente los puntos de los que adolece nuestro centro histórico.

El lado bueno

Aunque pareciera vislumbrarse un panorama malo, ha habido también noticias esperanzadoras que deben de ser el ejemplo a seguir de los dueños de fincas antiguas del centro de la ciudad: en primer lugar, el rescate y rehabilitación por parte de un particular, de la casa que perteneciera al empresario de origen español Fernando Rincón y que fuera construida por Cesáreo Lumbreras que ahora será la sede del Centro de las Artes del Norte (CAN); de igual manera, el rescate y nuevo uso que se le esta dando al antiguo Hotel Galicia donde hace meses se llevo a cabo el «Coyote Art Week», lo que le da un nuevo uso a este histórico inmueble» y por ultimo, pero no menos importante, el rescate de la antigua Casa de la Cultura que se encuentra en Av. Morelos entre Idelfonso Fuente y Treviño, que fue restaurada y ahora convertida en un negocio del giro restaurantero. Los tres casos son ejemplo tangible que se debe y se puede rescatar nuestra historia materializada en sus edificios. Sin duda, son noticias esperanzadoras que esperemos, puedan ser reproducidas en otros puntos del centro histórico de la ciudad, donde tanto particulares como autoridades se den la tarea de devolverle el esplendor de antaño al centro histórico de Torreón.

La identidad torreonense

Cuando un pueblo conoce y reconoce su historia genera un sentimiento de arraigo y orgullo por su tierra lo que deviene en el respeto y cuidado del lugar que habita; ser conscientes del sitio donde estamos parados permite generar una visión a futuro que incluye la conservación de nuestras raíces y la forma en la que estas se hacen patentes como las manifestaciones culturales (gastronomía, música, baile) o los vestigios estructurales como la arquitectura propia del lugar.

Cuando observamos el caso torreonense, nos damos cuenta que la identidad de quienes somos oriundos de estas tierras se basa en una cultura del trabajo y del emprendimiento manifestado por los emporios empresariales originarios de aquí (LALA, Soriana, Cimaco), el clima adverso de la región y el deporte (Santos Laguna en futbol y Algodoneros del Unión Laguna en Beisbol que son los deportes mas practicados en esta zona) y hasta hace algunos años en el ramo agrícola, el símbolo por excelencia, el algodón, que si bien es cierto, son aspectos que pudiéramos considerar inherentes al torreonense (y al lagunero en general) ¿Son estos los únicos símbolos de identidad? La respuesta es un rotundo no; el torreonense ha olvidado al menos 3 aspectos que son los que cimentaron la sociedad y la ciudad que somos hoy y que son igual o mas importantes que los antes mencionados:

  1. El origen multicultural de Torreón
  2. La variedad arquitectónica que la ciudad mostró durante la primer mitad del siglo XX
  3. Su importancia como una de las plazas mas importantes durante la Revolución Mexicana

Es cierto que la cultura del emprendimiento y el esfuerzo también surgieron y se desarrollaron junto con la ciudad, el origen de nuestra ciudad ha sido olvidado.

Av. Hidalgo. de primer plano hacia atrás: «La ciudad de Paris», Banco de México y Londres, Banco Nacional, Edificio Arocena, Torre de Reloj del Mercado Juárez

El origen y desarrollo de la ciudad de Torreón es bastante peculiar; como sabemos, el origen de muchas ciudades mexicanas esta íntimamente ligado a un proceso de conquista-colonización española quienes llevaron a la población indígena principalmente tlaxcaltecas a colonizar las zonas al norte del valle de México (Zacatecas, San Luis Potosí, Puebla, Querétaro, etc.), pero a finales del siglo XIX durante el inicio del periodo conocido como Porfiriato, nuevas ciudades surgían debido a bonanza económica (muy limitada a hacendados, empresarios, banqueros, etc.,) y a la construcción de una red de vías férreas que llegaban a mas puntos de la república, uno de estos puntos fue el Rancho del Torreón, que en el lapso comprendido de 1883 a 1907 paso de 500 habitantes a 30 000 habitantes, esto debido a su privilegiada situación geográfica y la gran actividad industrial, bancaria y agrícola que aquí se desarrollaba en gran parte debida a la llegada de grupos de personas de diversas partes del país (Zacatecas, Durango, Chihuahua, Monterrey, SLP, Jalisco, etc.,) pero también al arribo de personas de distintas nacionalidades que ayudaron a darle forma a la ciudad (palestinos, libaneses, chinos, españoles, estadounidenses, alemanes, holandeses, franceses, griegos, japoneses, ingleses.) que arribaron a estas tierras para buscar oportunidades y el progreso que la ciudad porfiriana ofrecía y la cual supieron aprovechar dedicándose a diversas actividades como la industria, la agricultura, la ganadería, las finanzas, etc. Es justo decir pues, que a diferencia de las grandes ciudades virreinales de México cuyo origen es meramente español-indígena, la ciudad de Torreón surgió a partir de la convergencia de culturas distintas, manifestándose sobretodo en su arquitectura.

Banco chino, Casino de La Laguna y Banco de La Laguna

Era posible ver en la joven ciudad edificios de gran belleza que nos retrataban esa multiculturalidad: el Hotel Salvador y su estilo Victoriano, el chalet Wulff (Actual museo Casa del Cerro) y su estilo que nos remite a un estilo alemán, la casa mudéjar, la casa Lim con un estilo evidentemente oriental, el antiguo Banco de la Laguna, con un estilo ingles, el Casino de la Laguna, bello edificio neo renacentista, el neoclásico en el Banco de La Laguna, ya entrados en la época post revolucionario, el estilo ecléctico del edificio Arocena coronado con una imponente cúpula de estilo bizantino o el propio Teatro Isauro Martínez, joya de Torreón y la laguna con su estilo neo gótico, bizantino y morisco, la casa morisca o la casa Zarzar o el estilo vernáculo de casas y casonas que se encontraban en el centro de la ciudad que nos hablaban de una rica herencia cultural heredada de mexicanos y extranjeros y mas notorio aun, el estilo francés de la vialidad mas famosa y representativa del centro: La Calzada Colón.

Chalet de Lázaro de la Garza (derrumbada)

Todo esto, aunado a su situación geográfica y como nodo ferroviario que une norte-sur y este-oeste hizo que, al estallar la revolución mexicana en 1911, la ciudad de Torreón fuera una de las plazas mas importantes tanto para revolucionarios como para federales, siendo tomada 4 veces por los primeros en un lapso de 5 años; aquí, el General Francisco Villa realizó una de sus gestas militares mas recordadas y que le dio una mayor fama, la Toma de Torreón de 1914, reconociendo en la ciudad un sitio estratégico que al ser tomada le daría ventajas tácticas que posteriormente abonaría a conseguir la victoria para la causa revolucionaria.

Edificio «Simon Lack» (derrumbado)

Como ya se ha mencionado en este y otros espacios, la principal característica de Torreón es el eclecticismo de su centro histórico, la diversidad de estilos arquitectónicos que indudablemente reflejaban la abundante herencia cultural de las personas que llegaron a estas tierras; ese legado arquitectónico que bien pudo servir para promover e impulsar la vida cultural de la comunidad torreonense y lagunera y darle a la región una actividad económica que representara la diversificación económica de la ya de por si pujante ciudad: el turismo.

Tropas revolucionarias entrando en Torreón

Sin embargo, algo paso al iniciar la segunda mitad del siglo XX, se demolieron edificios de suma belleza y algunos otros de importancia histórica, faltando el respeto a esa herencia multicultural que nuestros antecesores nos heredaron, las gestas heroicas acontecidas aquí parece que poco importan al ciudadano torreonense en la actualidad y que hasta cierto punto, los hace tener poco apego por su ciudad, generando un descuido generalizado, que ha costado y sigue costando caro a la ciudad; gente, por ignorancia u omisión consciente se dedica a destruir a esos testigos mudos de la historia de la ciudad y que incluso, a las autoridades parece que les importa poco o nada conservar esos viejos edificios y casonas, pareciera que,como suele pasar, pesa mas lo que diga el señor «Don dinero» que la historia tan basta e importante de nuestra ciudad.

Casa Morisca «La Alhambra» (derrumbada)

Ninguno de estos dos aspectos: el origen multicultural de Torreón y su intensa y relevante actividad durante la Revolución han sido tomados por las autoridades para rescatar, ya no solo nuestro patrimonio historico, sino también nuestro orgullo.

Es probable que si conociéramos a profundidad la historia de esta ciudad, y esta región, la gente se hubiera preocupado mas por preservar sus monumentos. Aunque hoy aun existen edificios de gran valor histórico y arquitectónico los cuales, en muchos casos rompen con las formas actuales de las edificaciones del centro, es imposible no pensar en todo lo que se ha y se sigue perdiendo por descuido, omisión y desinterés de las autoridades y particulares. Es fecha que sigue sin existir un plan adecuado que aborde la problemática del centro histórico, ya no solo en términos de imagen urbana, sino también de recobrar la identidad y sentido de pertenencia a nuestra gran ciudad.

Centro Histórico de Torreón: Cambio de administración municipal, mismo problema de siempre.

Administraciones municipales vienen, administraciones municipales se van, pero para todas, el centro histórico de Torreón parece no importar. Casi un mes ha pasado desde el cambio en la presidencia municipal, pero hasta ahora, poco se ha manifestado el actual alcalde, Román Alberto Cepeda en relación al centro histórico de la ciudad. Es preocupante puesto que el deterioro de esta importante zona de la ciudad es un problema que tiene mas de 30 o 40 años agravándose.

Demos el beneficio de la duda al alcalde puesto que en efecto, un mes es en si poco tiempo y veamos lo hecho hasta ahora, o lo acontecido durante las ultimas administraciones. Recapitulemos algunas acciones emprendidas por las administraciones pasadas en pro (o tal vez no) del centro histórico.

El ex-alcalde Jorge Zermeño, durante los 4 años que duraron sus funciones, emprendió una serie de acciones destinadas a mejorar la imagen del primer cuadro de la ciudad: Su plan consistió en el rescate de edificios históricos, interviniendolos para dale una mejor vista y en algunos casos, una nueva función, que si bien es cierto, algunas de estas obras no estuvieron exentas de criticas (Casa Mudéjar), hay que reconocer que hasta cierto punto, cumplió con sus objetivos, salvaguardar parte del patrimonio de la ciudad; La ya mencionada Casa Mudéjar, La antigua Presidencia municipal, La primaria Centenario, El Edificio Málaga, La antigua Torre de la fundición, La casa de Eduardo Guerra, La Casa Zarzar, la tintorería california, la Iglesia de La Sagrada familia, la iglesia de San Juan Bautista y la iglesia del Socorro, la intervención en el templo Metodista de San Pablo, el kiosco de la plaza de Armas o la Plaza Miguel Hidalgo en Blvd. Independencia, etc. También hay que reconocer que la anterior administración se encargo de aumentar el numero de edificaciones incorporadas al catálogo del INAH/INBAL, asegurando, de cierta forma, su futura preservación. Sin embargo, la administración del panista tuvo también evidentes errores que si se pueden considerar graves como lo fueron la demolición de una finca ubicada en Av. Hidalgo entre Colon y Degollado o la finca ubicada en Av. Juárez y Priv. Bucarelli, una finca ubicada en Matamoros y Treviño, los tres edificios ubicados en el CH de la ciudad, quedando estas acciones en la total impunidad y que terminaron por borrar parte de la historia de la ciudad. Del mismo modo, un edificio ubicado atrás del nuevo edificio de presidencia fue derribado bajo el argumento de que su estructura era ya inestable. Merece la pena mencionar que otro desacierto de la administración pasada fue que no hizo valer el reglamento del centro histórico en cuanto a la presencia de anuncios en las fachadas, lo cual es uno de los problemas que mas afecta la imagen del primer cuadro.

Durante la administración municipal de Miguel Riquelme, actual gobernador del estado, se iniciaron los trabajos de construcción del Teleférico de la ciudad y la «recuperación» de la fachada del Mercado Juárez (que hay que aclarar se hizo sin la asesoría del INAH/INBAL). Si bien es cierto, el teleférico ha tenido éxito, es imposible no señalar que el teleférico recorre un tramo del CH bastante descuidado y sucio: el argumento es que el teleférico es básicamente un complemento al complejo del Cristo del Cerro de las Noas, pero no se puede omitir que también, el trayecto debería ser parte del atractivo, como si lo es en ciudades como Zacatecas, Puebla o Durango; el teleférico de Torreón pudiera ser un atractivo de mayor impacto si las autoridades se ubieran preocupado y ocupado primero de mejorar la imagen urbana. También la administración de Riquelme anuncio con bombo y platillo hacer semi peatonal la Av. Morelos, la cual afirmaban que seria un plan para el rescate del CH, lo cual, en realidad, no lo fue; esta acción ha servido como detonante para una zona de antros, bares y restaurantes que si, ha venido a recuperar la actividad nocturna pero sin beneficiar a locatarios de negocios locales, siendo pues, un plan de acción insuficiente para lo que contemplaban hace años.

Llegamos a la caótica y desafortunada administración de Eduardo Olmos, en si poco que mencionar, salvo que durante su gobierno, ninguna acción relevante fue llevada a cabo, pero si es necesario decir, que fue el quien permitió que algunos edificios históricos, una finca de principios de siglo con arquitectura vernácula (ubicada en C. Acuña casi llegando a Blvd. Independencia), la casona que albergaba la ostionería Boca de los Ríos y el antiguo Colegio México fueran derribados. A su vez, fue en su administración (que coincidió en tiempo con los inicios del gobernador Rubén Moreira) el impulsor de la construcción de la «Plaza Mayor» de Torreón, y haciendo gala de su irresponsabilidad y clara ignorancia del valor histórico de la ciudad, permitió la destrucción de fincas históricas y del también histórico mercado «Francisco Villa» para el levantamiento del actual edificio de 8 pisos y la plancha de concreto que ahora existe.

El ex-panista José Angel Pérez Hernández, previamente propuso un plan para rescatar la imagen del CH, pero solo instalo el concreto hidráulico en algunas calles (y solo en algunos tramos), dejando las avenidas con asfalto que dejo a algunos sectores del centro sin uniformidad, afectando de nueva cuenta la imagen de la zona.

Podemos establecer algunos puntos importantes
1. En ninguno de los ejemplos anteriores, las administraciones municipales se han preocupado por establecer vínculos con comerciantes y dueños de fincas para generar un plan integral para la mejora y/o recuperación/reconstrucción de fachadas.
2. El reglamento del centro histórico en lo referente a los anuncios no es respetado por comerciantes pero las autoridades tampoco lo hacen valer.
3. La Dirección de Urbanismo de la ciudad ha sido omisa ante estos hechos permitiendo la demolición de fincas históricas a los particulares, dando a entender la poca o nula coordinación que tienen con la Dirección del Centro Histórico.
4. La poca visión/interés de las autoridades locales por salvaguardar la historia, belleza, historicidad e identidad de la ciudad.

No olvidemos también, que recientemente, el gobierno estatal y el gobierno municipal llevaron a cabo la construcción de un nuevo parque al poniente de la ciudad, donde se ubicaba la histórica Hilandera «La fe», que resaltaba por su arquitectura estilo mudéjar y que las autoridades de ambos niveles de gobierno, decidieron tumbar antes de buscar maneras de rescatar los restos de dicha edificación histórica, que mucho contribuyo al progreso de esta ciudad, dejando en evidencia el poco sentido de identidad y de responsabilidad social e histórica de las autoridades.

Hay que mencionar también, que afortunadamente no todo son malas noticias, recientemente se anuncio el rescate de la Casa Tueme en la Av. Morelos por parte de un particular y también es posible ver, que en algunos lugares, fincas antiguas están siendo rescatadas por sus dueños, aunque tristemente, estos casos parecen ser la excepción y no la regla. Por parte de la autoridades, existen aun muchos pendientes, tanto de la administración previa y de la actual, siendo el mas importante, a mi parecer, el rescate del antiguo Hotel Salvador, que hay que decirlo, ¡URGE! se establezca un plan para su rescate. Aunque, ademas de este, existen otros edificios que merecen también darle una nueva oportunidad: Edificio Marcus, Edificio Hidalgo, Edificio Valina, Antiguo Banco Algodonero, La finca que albergo el negocio de «El Combate» y edificios aledaños, etc.

Como cada inicio de administración municipal, la pregunta es la misma, ahora dirigida a Román Alberto Cepeda ¿Que acciones tiene planificadas el alcalde en turno para rescatar, mejorar y embellecer el primer cuadro de la ciudad? Pero dada la experiencia agregaría algunas mas: ¿Qué acciones esta dispuesto a emprender para evitar que privados sigan destruyendo el patrimonio histórico de la ciudad? ¿Se hará valer, por fin, el reglamento del centro histórico? ¿Habrá un dialogo con locatarios y dueños de fincas para generar un plan conjunto de rescate? ¿Se coordinara con el INAH/INBAL para futuras posibles acciones de rescate de edificios? ¿Se le dará continuidad al aumento de edificios en el catalogo INAH/INBAL? ¿Se promoverá la creación de nuevos espacios culturales?

La nueva administración debe ser clara en este y otros puntos concernientes al rescate del Centro Histórico de Torreón y tomar acciones al respecto, pero también, la sociedad torreonense debe permanecer vigilante y participativa. Es nuestro deber velar por la conservación de nuestra historia e identidad.

Un centro histórico de contrastes y desastres

Templo Metodista de San Pablo

Cuando hablamos del Torreón, es imposible no mencionar el deterioro que ha sufrido, al menos, los últimos 50 o 60 años. Es increíble pensar que la que fuera una de las 5 ciudades mas importantes durante el porfiriato, una de las ciudades estrategicas durante la Revolución y una de las ciudades con mayor dinamismo económico de México durante la mayor parte del siglo XX, con edificaciones dignas de las grandes capitales coloniales de México, este hoy en día en un estado de deterioro.

Banco Chino de Torreón

Y es que si nos damos una vuelta por el centro histórico, si de algo (ademas del deterioro) nos podemos dar cuenta, es de los contrastes que hay en esta zona de la ciudad. Uno puede recorrer la Av. Presidente Carranza y la Av. Hidalgo, las cuales, y desde mi particular punto de vista, son las vialidades del centro de la ciudad mas descuidadas, con abundante contaminación visual, edificaciones abandonadas y una situación sanitaria que deberia preocuparnos; sin embargo, si tomamos ese viaje de poniente a oriente por la Av. Hidalgo, podemos notar edificios de muy bella arquitectura que «desentonan» con su entorno descuidado, sucio y en ciertos puntos, poco salubre: el Hotel Salvador, el edificio de la Suiza, Lo que queda del antiguo edificio de correos, incluso el edificio San Jorge, los hoteles Arriaga y Naves, sin pasar por alto el majestuoso Edificio Arocena, lo que aun se alcanza a distinguir de lo que fue «El puerto de Beirut» (Hidalgo y Acuña), etc; en la Av. Juárez, es imposible no impresionarnos con edificios como Casa Montaña, La La Iglesia de Guadalupe, el edificio de Fernando Doucet, el edificio eléctrico, y los monumentales Banco Chino, Casino de la Laguna, y Banco de La Laguna, el ecléctico Hotel Galicia y mas adelante, el edificio Vallina, el edificio Marcus, edificio Hidalgo; y así podríamos mencionar los distintos edificios que por su belleza arquitectónica resaltan en el primer cuadro de la ciudad: Casa Mudéjar, Edificio Monterrey, Casa García Rincón, Hotel Princesa, Banco de México, Hotel Elvira, Hotel Rio Nazas, La primer Presidencia de Torreón, Hotel Calvete, el Palacio Federal, Casa Aldape, Casa Castillo (Casa de Cantera), La Iglesia del Perpetuo Socorro, Templo Metodista de San Pablo, La Casa del Cerro (Casa Wulff) y la que es sin duda la joya de la corona, el teatro Isauro Martínez, entre muchos otros edificios, fincas y chalets.

Edificio de la Ferretería Simon Lack

A primera vista, este listado pudiera parecer impresionante pero ¿Si le dijera que existieron muchos mas edificios de gran belleza que impune e irresponsablemente o por descuidos fueron demolidos? Edificios como los hoteles Iberia o Barcelona, el Edificio Simon Lack, la Papelería Dingler, El hotel París, el Hotel Sterneau, el Banco de Coahuila, El Banco de México y Londres, El teatro Princesa, el Teatro Royal, La segunda presidencia de Torreón, EL Chalet de Lázaro de la Garza, Los Chalets Talamantes y Farías, El Hotel Colon, el Hotel San Carlos, EL Cine Modelo y la que es sin duda, la casa mas añorada por los torreonenses y en si, por todos los laguneros, La casa Morisca o también conocida como «La Alhambra» y muchos otros edificios que incluso, estando en el catalogo de edificios protegidos por el INAH/INBA fueron destruidos para dar paso a construcciones sin un mayor aporte visual y que no representan la historia y grandeza de esta ciudad.

Estos hechos han ocasionado que el centro de la ciudad luzca sucio, gris, casi sin identidad; el contraste es evidente. Ir por una calle del centro y apreciar un edificio monumental de principios de siglo, casonas de arquitectura vernácula en ladrillo y chalets de gran belleza y gran variedad de estilos, todo esto para que unos metros después, esa belleza quede «opacada» por un entorno lleno de anuncios poco o nada armoniosos en negocios, fincas estéticamente poco o nada llamativas, hasta descuidadas, y un buen numero de estacionamientos y lotes baldíos, todo esto; e el segundo cuadro de la ciudad, la situación no es completamente existiendo, eso si, una cantidad considerable de casas antiguas aun en pie, pero considerando también la demolición y/o modificación de casas y otras construcciones resultado de las omisiones y el abandono de los particulares y las autoridades.

Los «¿por qué?» son muchos, pero podemos citar 3 principales:

Banco de México y Londres
  1. Desinterés: La gente de Torreón desconoce en gran medida la historia de su ciudad, por lo cual, esas viejas fincas o esos edificios les resultan, en el mejor de los casos, indiferentes. Desconocen los procesos históricos que dieron forma a la ciudad (que no todos fueron idílicos) y sobretodo, desconocen lo importante que fue esta ciudad y como influyo para forjar en cierta medida el México que conocemos hoy.
  2. Progreso mal entendido: Queda claro que Torreón desde sus inicios finco su desarrollo en la inventiva, el emprendimiento y el desarrollo industrial, agrícola y ganadero, lo que se reflejo en gran medida en la majestuosidad de sus edificios, sin embargo, en algún momento, la gente entendió mal el progreso y lo confundió con el desapego de sus raíces, manifestandolo en una supuesta «modernización» de la ciudad, arrancando de raíz cualquier lazo con el pasado; fincas y edificios fueron alterados o destruidos en el proceso, que trajo como resultado el afeamiento del centro histórico y la perdida de su identidad.
  3. Corrupción e impunidad: Como ya se mencionó, muchos de los edificios destruidos en décadas pasadas estaban en los catálogos del INAH/INBA, pero esto no fue suficiente para que empresarios y políticos sin ningún escrúpulo decidieran demoler los históricos edificios; para muestra un ejemplo; la casa que perteneció al Gral. Carlos González Montes de Oca, ubicada en Av. Presidente Carranza y Zaragoza se encontraba en estos catálogos y fue destruida sin mas miramientos para construir una tienda de ropa y artículos para el hogar muy conocida; otros edificios que si bien, tal vez no se encontraban en este catalogó, pero si eran parte de esa identidad torreonense y que fueron destruidos para dar paso a tiendas comerciales son el Banco de México y Londres, la Ferrereteria Lack y el Hotel Iberia. Mucho de este deterioro se debe al actuar (o no actuar) de los gobiernos municipales. Las administraciones (sobretodo priistas que fueron quienes gobernaron de manera ininterrumpida hasta 1997) fueron omisos y/o cómplices. Nada les importó la historia de esos edificios y su estatus como símbolos de la ciudad. Incluso hoy, algunos particulares han tenido el descaro de seguir con este deterioro, mas recientemente la destrucción de una casa ubicada en Juárez y Bucareli, sin olvidar la ya de por si lamentable administración de Eduardo Olmos, quien permitió la destrucción de fincas antiguas para dar paso a la construcción de otros edificios como el caso de una finca ubicada en C. Acuña casi llegando a Blvd. Independencia, la destrucción del antiguo Colegio México, en Mariano López Ortiz y Av. Morelos o la destrucción de la Ostionería Boca de los Ríos, también fue durante la administración de Salomón Juan Marcos, quien permitió la destrucción de la casa Talamantes (Matamoros y Colón). Tan solo en esta administración panista de Jorge Zermeño, se permitió la destrucción, ademas de la casa de Juárez y Bucareli, de algunas fincas en el primer cuadro de la ciudad y donde el departamento de Urbanismo se vio muy permisivo para la destrucción de estas fincas.
Plaza de Armas de Torreón, acera sur: Banco de La Laguna-Casino de la Laguna-Banco Chino

Es por estas (y probablemente por muchas otras razones) que el centro histórico de la ciudad es un mar de contrastes que sin duda llama la atención a propios y extraños. Es extraño que una ciudad con una contaminación visual tan abundante y fincas poco llamativas, lotes baldíos y estacionamientos y gasolineras, podamos encontrar edificios, casas y chalets de una gran belleza, evidencia remanente de una grandeza de antaño y que ahora, es el fiel reflejo del abandono en que las autoridades locales y estatales tienen a esta ciudad. Es justo decir que la omisión que hacen, sobretodo los políticos que se encuentran en la capital le ha pasado factura a nuestro otrora, orgulloso centro histórico, pero también es necesario insistir en que la ciudadanía se debe involucrar mas en las acciones de conservación, exigiendo a las autoridades su intervención, exigiendo a los dueños de fincas acciones que permitan una mayor armonía visual. Es importante exigir de ser posible, recuperar algunos edificios para ampliar la oferta cultural de la ciudad, para incluso, empezar a dar soluciones al incremento de puestos ambulantes, otorgarles espacios dignos donde puedan desarrollar su actividad y que al mismo tiempo, el conjunto de estas acciones permitan la re-activación de la zona histórica y que dio origen a esta ciudad.

110 años de la Matanza de los 303 chinos en Torreón. Reivindicación de la comunidad china, la reconciliación y la vista al futuro.

La historia de la humanidad es una colección de claro-oscuros que deben analizarse de manera objetiva teniendo un contexto del tiempo en el que cada evento ocurrió, los ¿qué?, ¿por qué? ¿cómo?, son preguntas clave para entender procesos históricos y los eventos asociados en su transcurso.

Este día, 15 de Mayo de 2021, se conmemoran 110 años de uno de esos eventos que deben de abordarse con suma cautela y sentido de la objetividad que nos permita establecer la verdad y poder avanzar como una sociedad que aun carga con ese doloroso, lamentable y deleznable acontecimiento, la matanza de los 303 chinos en Torreón. Hace ya algunos años, se abordó el tema a manera de relato breve sobre el contexto histórico en que se desarrollo y sus fatales consecuencias; pero en esta ocasión el abordaje es otro muy distinto, el de la reivindicación de una comunidad vilipendiada y agredida, la comunidad china de Torreón.

De manera breve, como ya se ha comentado previamente, el origen de Torreón esta cimentado, a diferencia de la mayoria de las ciudades coloniales de México, en un crisol de nacionalidades, lenguas y razas que forjaron a esta importante ciudad norteña; mexicanos, palestinos, libaneses, españoles, franceses, alemanes, ingleses, griegos, japoneses, chinos, etc., encontraron en esta tierra un lugar para establecerse y aprovechando las bondades que esta tierra ofrecia, progresar.

Pero entre estas comunidades, la comunidad china fue particularmente menospreciada, el progreso alcanzado por ellos fue, de acuerdo a muchos autores, motivo de envidias, que aunado al movimiento antichino surgido en EE.UU y que permeo en el México porfirista, tuvo como desenlace, la masacre de 303 personas de origen chino por parte de las tropas maderistas entre el 13 y el 15 de mayo de 1911, que bajo el mando de los generales Benjamín Argumedo y Calixto Contreras, azuzaron a sus tropas y a los torreonenses a atacar a los habitantes de origen chino por supuestamente apoyar a las tropas federales que defendían la ciudad de Torreón (de acuerdo a las investigaciones hechas por el gobierno chino y mexicano, estas aseveraciones eran falsas) durante los primeros días de Mayo de 1911.

Desde aquel entonces, hace 110 años, muchas leyendas negras han surgido al respecto, desde los que reivindican la afirmaciones de Benjamin Argumedo, pasando por la falsa idea que fue Francisco Villa el autor de estos hechos tan atroces. Y esto es precisamente lo que se debe de abordar en la discusión publica y en la reivindicación histórica, establecer los hechos tal cual fueron y no seguir dando credito al revisionismo historico de aquellos que pretenden crear una imagen distorcionada de los actores involucrados en estos hechos. Es también menester, mencionar que durante todo este tiempo, los gobienros federales desde aquel entonces, nunca han desagraviado a la población china establecida en Mpexico y que sufrio de estos actos de lesa humanidad, ni se indeminzo a los sobrevivientes, ni se ha pedido perdon por estos actos, salvo un acto a nivel local durante la administración del entonces presidente municipal José Ángel Pérez Hernández.

Es por ello, que el acto de desagravio que el próximo lunes 17 de Mayo, ofrecerá el C. Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador en esta ciudad de Torreón, Coahuila resulta significativa y por su puesto, histórica. Aún, y pese al mal gusto de muchos (o podemos llamarle ignorancia, incluso mezquindad) por considerar que «el pasado ya no importa, solo importa el presente», este acto tiene dimensiones muy amplias que abarca y que no solo una cuestión de política, es revindicar, reivindicar a un segmento poblacional que fue agredido y humillado por el solo hecho de su raza y la envidia ante el florecimiento de una comunidad ya establecida en la progresista Torreón, es reivindicar a aquellos que defendieron, incluso con su vida a los ciudadanos chinos, aquellos que su sentido común y de la mas elemental humanidad les hizo hacer frente a los autores de esta masacre; también, este acto nos pondrá de frente ante un episodio histórico que que ahora, adquiere la dimensión que por tantos años se le negó y que sin duda alguna es una mancha en nuestra historia y del cual, por mucho tiempo se omitió hablar, pero que es necesaria para deshacer mitos y hablar de certezas y verdades, que, aunque es cierto que la tenacidad, la cultura del trabajo, el emprendimiento y en muchas ocasiones, el heroísmo de sus habitantes forjaron esta ciudad y mas recientemente, que la hospitalidad y la apertura y amabilidad de los laguneros sean motivo de orgullo, se debe admitir que la historia de nuestra ciudad, como la de muchas otras ciudades, regiones y paises, también tiene sus episodios oscuros, errores, omisiones, transgresiones, que deben ser reconocidos y aceptar que no todo en la historia de Torreón es una historia idílica ni romántica; pero no basta con eso, también es primordial asegurarse que esos errores cometidos en el pasado no se volverán a repetir.

Seamos claros, los agravios cometidos, no fueron obra de nosotros, no fuimos los torreonenses ni laguneros actuales los que cometimos tan atroces actos, no somos responsables por los actos de nuestros antepasados, pero si lo somos de las consecuencias que puede acarrear ignorar el acontecimiento. Los crímenes de odio están, lamentablemente, tan vigentes hoy como hace 110 años y es por ello que este acto de desagravio resulta tan importante. Este acto, no es un juicio contra los torreonenses, no tiene el fin de que nosotros aceptemos la culpa de un crimen que no cometimos, pero que fue cometido por nuestros antepasados hace 110 años, este acto es mas profundo y de dimensiones humanitarias, es reconocer que un hecho como el acontecido hace 110 años aun repercute en la actualidad, es reconciliarnos con ese pasado para poder avanzar al futuro con la idea renovada de que el odio nunca es la respuesta y que bajo esa premisa, se deben sentar los nuevos cimientos de esta ciudad y recuperar la idea primigenia por la cual, mexicanos, chinos, libaneses, palestinos, españoles, estadounidenses, franceses, alemanes, etc., vinieron a este lugar del mundo, la idea de una ciudad progresista y de oportunidades.

El papel de la sociedad en la preservación del patrimonio histórico

En el transcurso de estos días, corrió la noticia en redes sobre la destrucción de una casona ubicada en andador Bucareli y Av. Juárez, en Torreón. Sobra decir que esto se puede considerar un nuevo atraco que representa la perdida de un pedazo de la historia de esta ciudad, hecha por los particulares que decidieron, sin tener a bien a esperar a que la Dirección del Centro Histórico, dependencia que deriva de Obras Públicas terminara de hacer la recolección de información para declararlo monumento protegido y patrimonio histórico de la ciudad.

Es por si mismo, lamentable que incluso, la misma ciudadanía no tenga la conciencia ni la capacidad de valorar las representaciones arquitectónicas de la historia de la ciudad y que le dan identidad, y mas triste aun, saber que no es la primera vez que ocurre. Antecedentes de este tipo de acciones deleznables hay muchísimas, mas de las que me gustaría contar. La mas famosa, sin duda, fue la demolición de la que probablemente fue la casona mas bella de la ciudad de Torreón, la Casa Morisca, conocida como «La Alhambra», ubicada en Calzada Colón y Av. Abasolo; el Chalet de Lázaro de la Garza, ubicado en la esquina de Av. Juárez y C. González Ortega es otra muy lamentable perdida. Mención a parte merecen El Banco de México y Londres, el edificio Lack y el Hotel Iberia, los cuales tienen como común denominador, que su demolición fue para la construcción de un centro comercial de una conocida tienda de supermercados, otros ejemplos tal vez menos conocidos como la casa Farías en Matamoros y Cepeda o la casa Talamantes, en Matamoros y Colon acera sur, son solo algunos de los muchos ejemplos donde la inconciencia de los privados termino en la perdida de joyas arquitectónicas que en cualquier ciudad de primer mundo o en las grandes capitales coloniales del país serian protegidas y preservadas. Pero no así en Torreón, tristemente.

Es cierto que en este blog se ha puesto el dedo en la llaga exigiendo a los gobiernos municipales que procuren gestionar la preservaciones de los inmuebles de la ciudad, pero también, y creo que es justo, dado los recientes acontecimientos, hacer un enérgico llamado a la ciudadanía, sobre todo a los dueños de fincas antiguas del primer y segundo cuadro de la ciudad. Un exhorto para que, en un esfuerzo por tener una ciudad con una mejor imagen urbana, consideren seriamente buscar la manera de preservar esos edificios centenarios y que hablan del origen y evolución de esta ciudad, que en sus mejores épocas, debido al dinamismo agrícola, ganadero, industrial y bancario, fue la tercer ciudad mas importante del país en la época porfiriana.

Es necesario que la gente de Torreón se de cuenta de la importancia de la cultura de la conservación. Tal vez esa falta de conciencia se deba a la muy falsa aseveración de que «es que en Torreón no hay mucho que ver», pero, bastaría con que la gente recorriera su ciudad para darse cuenta de la riqueza arquitectónica con la que cuenta la ciudad. Edificios como el Hotel Salvador, la Casa Mudéjar, el Edificio Arocena, el Casino de la Laguna, o algunos menos conocidos como la Casa Aldape, el edificio del IECAM o la vecindad de ladrillo a contra esquina del mencionado edificio, entre otros que también se pueden encontrar en el segundo cuadro de la ciudad, dan fe de ese pasado glorioso de la ciudad y quizás así, pudieran apreciar de mejor manera su ciudad y generar un renovado sentido de pertenencia.

Cierto es, que, afortunadamente, en redes existen paginas y cuentas que se han encargado de promover y revalorizar los símbolos históricos y arquitectónicos, incluso culturales de nuestra ciudad y de La Laguna en general,, paginas como: Leyendas Laguna, Historia de Torreón y Documentos, Mitos y Arquitectura de la Laguna, Fachadas Torreón, Medius, entre otros en facebook, o Historia Laguna y Mi viejo Torreón en Twitter entre otros, o la gran labor que ha hecho el director del Archivo Histórico Municipal «Eduardo Guerra» el Lic. Carlos Castañón Cuadros, pero aun así, la labor de concientizar a la gente en estos temas aun le queda un largo trecho, al parecer.

Este blog, y por ende quien escribe estas líneas, tienen el compromiso permanente de luchar por la preservación del patrimonio histórico-arquitectónico de la ciudad, así mismo, la búsqueda de en algún momento, poder recuperar el patrimonio arquitectónico perdido y que la reconstrucción de esos viejos edificios sean los memoriales perfectos que por si mismos, hablen de la historia de esta ciudad y lo que significó para el país en dos momentos históricos de gran relevancia: el porfiriato y la Revolución, pero también por la concientización de la ciudadanía para que tome en sus manos la responsabilidad de preservar nuestros símbolos de identidad y tener una ciudad digna a la altura de su historia y su relevancia en el ámbito nacional.

El llamado es a todos, a los dueños de fincas, de negocios, a la ciudadanía en general, a cuidar nuestra ciudad, nuestro patrimonio, nuestra historia. Hagamos el esfuerzo hasta lo que nuestras posibilidades lo permitan, cuidar y preservar edificios centenarios, buscar mejorar las fachadas de negocios del centro histórico ¿, de ser posible, en el estilo predominante a principios del siglo XX, buscar acercarse a las dependencias municipales para solicitar asesoría. Exijamos tener una ciudad digna, pero también tenemos la obligación moral de tomar un papel mas activo para ver esos esfuerzos materializados. Merecemos un Torreón digno, a la altura de su historia.

Una disculpa necesaria y la reconciliación con nuestro pasado

El día de hoy, durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, el canciller Marcelo Ebrard anunció una serie de eventos y conmemoraciones en el años que se celebra el 200 aniversario de la Consumación de la Independencia de México. En ese marco, dentro de las actividades anunciadas se encuentra una que llama mucho la atención, el ofrecimiento, por parte del gobierno mexicano, de una disculpa por la Matanza de 303 personas que pertenecían a la comunidad china en Torreón el 15 de Mayo de 1911.

Hace algún tiempo, escribí una entrada referente a este acontecimiento, titulado «Una mancha imposible de borrar: La matanza de chinos en Torreón«, donde se trata de abordar los acontecimientos de ese fatídico día. Mas que hablar sobre los hechos en si mismos, hablemos sobre la implicación de la disculpa que el Gobierno de la República dará el próximo 17 de Mayo.

El análisis más profundo nos lleva a algunas consideraciones muy importantes: estamos hablando de una acción de una gran magnitud y de un gran significado conciliador en tiempos donde en el mundo movimientos racistas empiezan a adquirir notoriedad nuevamente y en un sentido mas «local», el reconocimiento de los lamentables hechos y la reconciliación con nuestro pasado, el admitir que se cometió un atropello y que como sociedad, como ciudad, como región y como país estamos dispuestos a aprender de ese lamentable hecho. Es también de gran importancia, el hecho ya que rinde un homenaje y un reconocimiento a las victimas de tan lamentables hechos.

¿Pero por que hablamos exclusivamente de lo ocurrido en Torreón aquel 15 de Mayo de 1911? ¿Que no el sentimiento xenófobo anti-chino era de carácter nacional y/o internacional? Efectivamente, ese sentimiento anti-chino estaba presente en todo el país y en el mundo, incluso, como ya se mencionó en este blog, las actitudes racistas y xenófobas contra la comunidad china fueron alimentados en tiempos de la revolución en parte por gente afín a los hermanos Flores Magón, incluso, en estados como Sonora, se promulgaron leyes que impedían a mexicanos casarse con los inmigrantes chinos, pero fue en Torreón, donde este odio contra un grupo étnico llegó a su clímax el 15 de Mayo de 1911, perpetrado por el ejército maderista y parte de la población torreonense. Lo más sorprendente, es que la campaña antichina no terminó ahí, en México, la propaganda contra los chinos no terminó sino hasta la década de los 40´s.

La matanza de los 303 chinos en Torreón, representa los excesos a los que se puede llegar cuando la irracionalidad, el odio, los prejuicios y la ignorancia se combinan. Más allá de las razones que dieran los jefes revolucionarios tratando de justificar sus acciones, como el supuesto apoyo de la comunidad china a la guarnición federal porfirista (que no tenían un sustento) o su presunta participación directa en la defensa de la ciudad (también sin sustento), es justo decir que fueron meros pretextos para darle rienda suelta a sus prejuicios y odio y e visibiliza más claramente, cuando vemos las brutales imágenes de los cuerpos de inmigrantes chinos, o cuando damos cuenta de cómo la población saqueó los negocios y las fuerzas maderistas atacaron y masacraron sin distinción a hombres, mujeres, niños o ancianos.

Es por ello que aquí radica la importancia de el ofrecimiento de disculpas al pueblo chino, es por ello que debe ser en Torreón donde suceda este acto, porque, y lo digo con profunda tristeza, es aquí uno de los lugares donde se materializó el odio, que si bien es cierto, hechos como este se han dado en otros lados del mundo, este hecho en particular tuvo la peculiaridad, que durante años se guardó un silencio que parecía que su intención era dejarlo en el olvido.

Una ciudad como Torreón, cuyas bases fundacionales, además del ferrocarril, la industria o la agricultura, se asientan también, y principalmente en la migración de tantas personas de diferentes grupos étnicos que vinieron a estas tierras a progresar y engrandecer nuestra región, llámense chinos, árabes, norteamericanos, ingleses, alemanes, griegos, franceses, españoles, mexicanos y que además, nos legaron a los torreonenses una identidad propia, un sentido de pertenencia a nuestra tierra y el orgullo por nuestra región basado en el esfuerzo diario y el trabajo como cultura.

Como torreonenses debemos hacer un análisis profundo, justo y objetivo. Ningún torreonense en la actualidad participo de eso eventos, ninguno asesinó a alguno de esas 303 inocentes almas, ninguno de los torreonenses que vivimos en la actualidad cometimos ningún agravio, pero es parte de nuestra historia, es parte de ese pasado que si bien, nos ha dado muchos capítulos de gloria y heroísmo, también nos dio un episodio tan negro que se hace necesario dejar ese silencio cómplice que por años intentó ocultar el hecho y verlo a la luz de la razón y la más elemental empatía, humanidad y solidaridad para asegurarnos que no se vuelvan a repetir hechos tan deleznables como los acontecidos aquel 15 de Mayo de 1911. Asegurarnos que el posible sentimiento de culpa por hechos que fueron cometidos hace 110 años y que aún puedan pesar sobre esta ciudad, esta región, se conviertan en ánimos renovados por llevar un mensaje de reconciliación y verdadera hermandad.

Viabilidad de la reconstrucciòn del patrimonio arquitectónico de Torreón

Cuando hablamos de reconstrucción del patrimonio histórico, lo primero que se nos pudiera venir a la mente es la Europa de las post-guerra. Países como Polonia cuya capital, Varsovia, fue la ciudad más destruida durante la SGM, donde se estima que alrededor del 80% de sus inmuebles históricos se perdieron a causa de los constantes bombardeos y enfrentamientos, los cuales fueron reconstruidos posteriormente e incluso, la UNESCO inscribió al Barrio histórico de Varsovia como Patrimonio de la humanidad. Este ejemplo es solo para tomar una referencia de que recuperar el patrimonio històrico es posible, incluso, en condiciones tan adversas

Guardando todas las proporciones, puesto que dimensionando la naturaleza y magnitud de los eventos no es posible establecer un punto de comparaciòn ni siquiera remotamente cercano, si podemos hacer el señalamiento que recuperar el patrimonio històrico debería ser prioritario.

En un contexto mas cercano, cuando hablamos de la ciudad de Torreòn y los fenómenos sociales y económicos que llevaron al centro histórico de la ciudad a una espiral de debacle caracterizada por la destrucciòn indiscriminada de grandes edificaciones que fueron fieles testigos y pruebas irrefutables de la bonanza que caracterizaron a la ciudad de Torreòn durante la mayor parte del siglo XX, sobre todo a inicios del mismo así como de su importancia econòmica, industrial e incluso, durante la Revolución, militar.

Muchos de estos edificios fueron muestras claras de una gran variedad de estilos que ayudaron a que Torreòn recibiera el mote de «La Perla de la Laguna». Edificios como el hotel San Carlos, el Teatro Princesa, el Hotel Sterneau, El Hotel Paris, el Edificio Lack, el Hotel Iberia o el que es posiblemente el edificio más bello que haya existido en la Comarca lagunera, el banco de Mèxico-Londres, le dieron a Torreòn un prestigio tal, que existen algunos relatos de personas que quedaban maravilladas con la gran y progresista ciudad.

Pero es en la década de los 50`s, cuando empieza una destrucciòn desmedida de muchos de estos edificios; para finales de la década de los 60’s, edificios como El banco de Mèxico-Londres, EL Hotel Iberia, el edificio Lack, el Banco de Coahuila entre algunos otros habían sido demolidos para dar lugar a otras construcciones mucho más sobrias y frias sin ningún valor arquitectónico apreciable y que sin duda le cambió el rostro al centro histórico de la ciudad.

En la actualidad es posible apreciar el detrimento de este sector de la ciudad, pero también es cierto, que la administraciòn municipal actual, a diferencia de sus antecesoras, se ha mostrado más sensible y se ha preocupado por realizar tareas de conservación y restauraciòn de edificio históricos (aun con algunos errores que tambien proximamente hablaremos de ellos). Parecería, aun asi, que recuperar esas viejas edificaciones es un imposible. Pero la historia nuevamente nos demuestra que eso no es del todo correcto.

No tenemos que viajar hasta Varsovia o Berlín para tener un ejemplo tangible sobre labores de reconstrucción de inmuebles históricos; solo hace falta viajar más cerca, a aproximadamente 250 km rumbo suroeste, a la capital del estado de Durango, Victoria de Durango para apreciar esto.

A contra esquina de la Catedral Basílica Menor de Durango, exactamente en la esquina de Av. Constituciòn y C. 20 de Noviembre se encuentra la antigua sede del Banco de Durango. Un edificio muy bello, el cual fue demolido cerca del año 1958 para dar lugar al Banco de Comercio que posteriormente fue un Bancomer; así es, ciertamente lo que se aprecia en esa esquina es un edificio que a principios del siglo XXI fue reconstruido, al menos en su fachada. Es un edificio que para quienes hemos tenido la oportunidad de visitar esa ciudad, podemos apreciar que estéticamente es una joya, la cual, el gobierno de esa entidad y de ese municipio tuvo a bien recuperar.

En Torreòn, un programa de rescate del centro històrico que abarcara la reconstrucciòn de esos edificios sería un gran impulso para la reactivaciòn economía del primer y segundo cuadro de la ciudad. Si pudiéramos fijar un ejemplo análogo en Torreòn, sin duda tendríamos que citar al Banco de Mèxico-Londres, pero así también podríamos citar otros ejemplos, como la histórica sede del Banco de Coahuila en Torreòn, El Banco Nacional, El Edificio Lack, el edificio Dingler, EL Teatro Princesa, el teatro Royal, el Hotel Barcelona, los Almacenes García, almacenes Bochneau y un largo etcétera, que por cuestiones de espacio no me extenderé.

Se hace patente, que una ciudad como Torreòn, la ciudad que fue tomada por los revolucionarios en 4 ocasiones, la ciudad donde se firmaron los Pactos de Torreòn, la ciudad que fue el orgullo del porfiriato, la ciudad desde la cual el Presidente Làzaro Cárdenas anunció el reparto agrario, merece recuperar su patrimonio y que incluso, además de recuperar la parte histórica, estamos hablando de recuperar la identidad de una ciudad que, así como las personas de las distintas etnias que vinieron a fundar Torreòn, sus muestras arquitectónicas muestran un crisol de estilos arquitectónicos que hacen del centro històrico de Torreòn, tal vez, el centro histórico más ecléctico y diverso del paìs; un centro histórico que a diferencia del de las grandes capitales como CDMX, Guadalajara, Quèretaro, SLP, etc, no se caracteriza por un estilo colonial, sino por un estilo más internacional que abarcò desde el art decò, art nouveau, bizantino, morisco, mudéjar, neogótico, neocolonial, vernáculo, neo renacentista español, etc.

¿Debemos reconocer el esfuerzo hecho por la presente administraciòn en términos del rescate de algunos edificios históricos? si, definitivamente; ¿Debemos darnos por satisfechos?, la respuesta rotunda es no. Sin duda debemos seguir exigiendo programas de rescate de edificios históricos que aún permanecen en pie; edificios como el Hotel Salvador o el Edificio Màlaga son aún asignatura pendiente, pero también no se nos debe olvidar que es justo y no es para nada descabellado, somos los descendientes de muchos grupos étnicos que forjaron el destino y la identidad de Torreòn, somos una sociedad tan variopinta como su arquitectura, exigir que en planes futuros, se incluya reconstruir esos viejos e imponentes testigos mudos de la pujante e històrica ciudad de Torreòn, de la «Perla de la Laguna»